Siglo XXI

Nací en la segunda mitad de los 70.

Y sí.

Eran otros tiempos.

Otra educación.

Otra sociedad.

Si me apuras, te compro que existía otro baremo de valores.

Ahora miro la fecha en el calendario.

9 de noviembre de 2019.

Y no.

No te compro lo demás.

¿Por qué?

Simple.

No miro el sexo cuando tengo que valorar, cuando tengo que decidir.

No miro el sexo cuando se trata de respeto.

Lloro. Y sigo siendo hombre.

No intimido. Y sigo siendo hombre.

No abuso de mi fuerza o condición física. Y sigo siendo hombre.

No me avergüenzo cuando siento emociones.

Cuando una canción me eriza la piel.

Cuando un escrito me remueve las entrañas.

O cuando una película me hace soltar una lágrima.

Mi mente es mía.

Mis actos también.

Y sí, tuve la fortuna de tener una familia que me mostró desde el principio donde estaba el norte.

Y en aquellos tiempos, casi siempre el norte señalaba la dirección adecuada. Pero si alguna parte del norte, por situación de época y valores, se desviaba del norte actual, ¿acaso no tenemos la enorme capacidad de reconducir la brújula?

Basta de excusa banales y de tirar balones fuera.

Nada ni nadie decide sobre tus actos.

Sobre tu forma de hablar.

De mirar.

De empatizar.

Bienvenidos al siglo XXI.

Rafa Pérez Herrero

Deja un comentario(sólo es necesario el campo de nombre)